Muchas cosas encierra Costa Rica que estremecen la piel. La
belleza del Parque Nacional Rincón de la Vieja es una de ellas.
Un sortilegio de verde y espuma esconde el secreto de su nombre.
De nuestro pasado aborigen emerge esta leyenda:
Dicen que la hermosa Curubandá, una curandera indígena, se escucha aún entre los robledales cantar su desgracia.
Cuenta le leyenda que la princesa Curubandá huyó enloquecida hacia el volcán, luego de que su padre, el cacique Curubandé,
lanzara al cráter a su amado príncipe Mixcone, jefe de una tribu enemiga, De ese amor prohibido nació un niño que también
fue lanzado al cráter por la princesa, para que se reuniera con su padre.
La princesa enloquecida se refugió en las cumbres para siempre.
Desde entonces, Curubandá vivió cerca del cráter, envejeció y se convirtió en una famosa curandera.
Aprendió los secretos de sanar con medicinas obtenidas del volcán, y cuando la gente iba a buscarla decía: "Voy donde
la vieja del rincón" o "voy para el Rincón de la Vieja", aludiendo lo remoto de su morada.